miércoles, 30 de noviembre de 2016

2º Bachillerato, 4º Comentario: COMENTARIO PERSONAL (mínimo, 25 líneas, en tres párrafos) y pregunta 2 de PAU: tipología. Plazo de entrega hasta el MARTES, 6 de diciembre

1º Bachillerato, 3º comentario. Tema, resumen, comentario personal, mínimo 25 líneas en al menos 3 párrafos. Plazo hasta martes 6 de diciembre.

4 FRASES MÁGICAS PARA TRANSFORMAR PROBLEMAS EN SOLUCIONES Hoy empezaré este artículo sobre resolución de conflictos con una preciosa cita de Elisabeth Kübler-Ross y que es a la vez toda una declaración de intenciones. La cita reza así: “Sólo hay dos emociones: el amor y el miedo. Todas las emociones positivas nacen del amor y todas las emociones negativas, del miedo. Del amor fluyen la felicidad, la paz y la alegría. Del miedo nacen la rabia, el odio, la ansiedad y la culpa. Porque no podemos sentir estas dos emociones a la vez, en el mismo instante. Son opuestas. Si tenemos miedo, no nos encontramos en el lugar del amor. Cuando estamos en un lugar de amor, no podemos estar en un lugar de miedo.” Esta cita la he leído en el último libro de Elsa Punset titulado El libro de las pequeñas revoluciones. Un libro que a su vez es una fuente inagotable de ideas e inspiración. Pues bien, el artículo de hoy está inspirado precisamente en una de esas píldoras que Elsa siempre nos regala a aquellos que entendemos la educación emocional como parte integral de la vida de cualquier persona. En este caso el artículo de hoy quiere darte a conocer cuáles son las cuatro frases que hacen posible transformar un conflicto en una solución. Sin más demora, zarpamos… La fórmula para transformar conflictos en soluciones. Uno de los artículos que mejor acogida están teniendo en Justifica tu respuesta de un tiempo a esta parte es el titulado Técnica del sandwich. ¿Cómo se logra un cambio de conducta? En este artículo explico un método para hacer de un problema una oportunidad y hacerlo desde la asertividad. Pues bien, el artículo de hoy creo que está muy en consonancia con este artículo que pone su acento en cómo el lenguaje, bien estructurado, es capaz de hacer de un problema latente una posibilidad de resolución. Del “TÚ”… Muchos de los problemas que tienen las personas no se resuelven simplemente porque el enfoque del mismo no es el adecuado. Y no es el adecuado porque parten del “TÚ” en lugar del “YO”. El problema del “TÚ” es su connotación provocadora que no facilita en nada la posibilidad de resolver un problema. Por ejemplo: • (Tú) No me escuchas • (Tú) No me quieres • (Tú) No has cumplido tu promesa • (Tú) Siempre me interrumpes cuando hablo Si te fijas en estas frases, podrás observar que la persona que las pronuncia está en una clara actitud defensiva que no invita a que se pueda hablar del problema con la finalidad de solucionarlo. … al “YO”. Por el contrario, cuando enfocamos el problema centrándonos en el “YO”, pones la atención, pones el foco en lo que sientes. Y ahí es donde la empatía juega un papel fundamental para posibilitar la resolución de un problema. Cuando hablas de lo que sientes y lo haces con sinceridad y de manera clara y objetiva la crítica no se ceba con el “TÚ”. De ahí que sea más fácil iniciar un diálogo que dé pie a transformar un problema en una solución y hacerlo con esta sencilla fórmula, con estas cuatro frases mágicas. 4 Frases mágicas para convertir problemas en una soluciones. En su libro, Elsa Punset propone una sencilla fórmula que creo que puede serte muy útil para revertir una situación. Esta fórmula consta de 4 sencillas frases que tendrían la siguiente estructura. 1. Yo me siento… (se expresa un sentimiento lo más claro y sincero posible) 2. Cuando tú… (se describe el problema que da pie a ese sentimiento) 3. Porque… (se explica la razón del problema) 4. Y me gustaría… (se sugiere a la persona de qué manera podría solucionarse el problema) Veamos un ejemplo de cómo podemos transformar problemas en soluciones: 1. Yo me siento muy triste 2. Cuando tú me interrumpes mientras estoy hablando en una cena con nuestros amigos 3. Porque estas interrupciones hacen que no valores lo suficiente mis opiniones 4. Y me gustaría que me escucharas en silencio hasta que acabara lo que tenga que decir cuando estamos con nuestros amigos Si te fijas en esta fórmula, el mensaje es claro, se centra en tú sentimiento y carece de agresividad. Es un mensaje que se enfoca desde la empatía, pero sin renunciar a las posibles soluciones existentes. Además, tampoco es agresivo y se centra en una solución factible al final del mismo. Del “TÚ” al “YO”. A modo de conclusión. Somos lo que pensamos, hacemos, pero también lo que sentimos y expresamos con nuestras palabras. Desde la empatía se puede conseguir que muchos de los pequeños problemas cotidianos que asoman por nuestras vidas se conviertan en soluciones desde una comunicación efectiva y sin renunciar a ser asertivos. Espero que esta fórmula que hoy he compartido contigo haya sido no sólo de tu agrado, sino también te sea de utilidad para ti y los que te rodean. En caso de que así sea, te invito a que compartas generosamente este artículo con otros padres y educadores o bien des tu opinión en los comentarios de esta entrada. Fuente del artículo: El libro de las pequeñas revoluciones, de Elsa Punset. 23/11/2016 Escrito por Santiago Moll